miércoles, 23 de julio de 2014

El caminante y el pintor


*A continuación, presento otro cuento incluido en el universo de XS 200, el cual no fue publicado en la antología. Espero que lo disfruten.

Imagen tomada de CREARTE Magazine (http://creartemagazine.blogspot.com/2012/02/arteterapia-la-sanacion-del-pincel.html)

El cielo se había teñido, de pronto, de una enorme nube de color y olor a rubí. Algunos transeúntes corrieron a esconderse bajo algún lugar con techo para evitar ser atacados por aquellos pedazos de mineral. Le llamó la atención ver a un niño que respiraba agitado mientras le salía sangre de nariz: algunos no advertían lo peligroso que podía ser un fenómeno natural como ese. Al poco rato, las calles quedaron cubiertas de esa ceniza que le daba un color interesante a las avenidas de la metrópolis; en pocas horas aparecerían los robots que limpiarían toda la suciedad.
La enorme urbe quedó paralizada por algunos instantes, incluso se cortó la luz en algunos sectores. Las noticias la televisión anunciaba la explosión del planeta Rubí, a varios miles de kilómetros de distancia y que esa sería la causa de todo el alboroto e incluso de los inéditos problemas que tenían en esos momentos para poder transmitir.
-          Al parecer, se trataría de la mayor explosión de los últimos 10 años, no logrando superar a la de 1999 que produjo un temblor grado 5 en XS 200, aún a tanta distancia.
Las imágenes del archivo mostraban los enormes edificios tambaleando ante los gritos de la gente que corría a todos lados, escapando de lo que creía una catástrofe universal. La metrópolis no eran tan grande durante ese momento: solo alcanzaba los 50 millones de habitantes y aún faltaba mucho del planeta por descubrir y potenciar. Dejó las imágenes de la televisión a un lado y abrió el ventanal para mirar la ciudad desde su balcón en el piso 220 del edificio Holograma, desde donde podía contemplar el horizonte en el cual la metrópolis continuaba su expansión. Tomó en sus manos un poco de la ceniza acumulada y la guardó en un recipiente de vidrio: olía a sangre. Se le erizó la piel ante esta percepción que luego olvidaría para volver a ingresar a su departamento, para depositar el recipiente sobre una mesa.
-          Aún se continúa investigando respecto a las causas de esta explosión que, como en aquella ocasión, podría tener réplicas se recomienda mantenerse en casa, pronto los tendremos informados de todo lo que está sucediendo.
La sonrisa de la periodista concluyó con aquella noticia que llevaba más de 20 minutos en la pantalla, dando paso a la presentación de un video musical lleno de luces de colores y gente que bailaba en una fiesta. El sonido era tan real y potente que las paredes vibraban; incluso sintió cosquillas producto de las vibraciones que había en su sillón. Se quedó sentado algunos instantes mirando aquella presentación, sin prestar mayor atención a su contenido. Se mantenía con su aspecto de seriedad, con un vaso en la mano, mirando un punto fijo en la pared a través de las imágenes que desplegaban sus colores de alta definición.
Sonó el teléfono. No hubo el más mínimo movimiento ring ring. Acomodó sus pies sobre la suavidad y confortabilidad del sillón en el cual se mantenía en silencio, casi durmiendo. Ring ring. Una tormenta de viento levantaba la ceniza de color rubí que chocaba contra el ventanal. Ring ring. El rubí le recordaba el color de aquella casa que encontró un día cuando caminaba por la ciudad en busca de alguna imagen mental para poder capturar. Caminaba sin un destino fijo y con una sonrisa que despertaba la atención de los que pasaban a su lado, haciéndolos sonreír también. Ring riiiin. El cielo también estaba de ese mismo color rubí cuando una luz de color amarillo se abrió entre las nubes: era un túnel. Al parecer, nadie más se había dado cuenta de este suceso: varios lo empujaron por quedarse inmóvil en medio de la pasada. La luz se mantuvo encendida durante un instante, hasta que volvió a cubrirse por las nubes: nunca más se le borraría esa imagen de la cabeza.
Cuando el teléfono dejó de soñar, acabó de beber lo que quedaba en el vaso y lo dejó sobre la alfombra. Estiró una hoja en blanco reunió los distintos colores de tempera que requería. Encendió la radio apretando un diminuto botón escondido tras el sillón: la música produjo el ambiente que estaba buscando para poder comenzar su tarea. Cerró los ojos y trazó en su mente aquel paisaje que se había dibujado en el cielo para que pudiese guardarlo, solo para su mirada escogido entre todas. Tomó el pincel y lo hundió en el frasco con tempera, en un ritual que acostumbraba realizar a menudo, con los ojos cerrados y casi sin más ruido que la de la suave respiración y los latidos que le indicaban cuál era el momento preciso para comenzar.
Ring riiiing. Se le cayó el pincel de entre los dedos y fue a rodar sobre su pie, que quedó marcada con una mancha de color verde. Miró fijamente al aparato que estaba colgado en la pared: era de color negro y vibraba con furia, haciendo que la pared también enloqueciera. La observó durante un instante, sin intenciones de levantarse a contestar. Bajó su mano derecha para retomar lo que había querido empezar, pero el teléfono continuaba sonando con su molestoso chirrido que casi le producía sordera. Se acomodó el cabello que le caía sobre la frente y se quedó con la mirada fija ante las líneas de sus manos: ¿futuro? Eso era el gran misterio que nadie había alcanzado a responderle en todos los años de vida que tenía. Riiiiiing. Seguramente alguien llamaba para anunciar que se había ganado un premio, que se había vuelto a habilitar el viaje a través del tiempo o que alguien había alucinado con alguno de sus trabajos. ¿Futuro? Siguió con la mirada las líneas de su mano y acabó antes de llegar a la muñeca: tomó el pincel y trazó líneas por doquier, formando una extraña figura en su mano, una figura similar a un camino y a las huellas de un caminante que no tenía un destino definido. ¿Futuro, te preguntarás otra vez? Extendió su mano en el aire y plasmó ese dibujo en una de las pantallas destilares, para no olvidar cuál eral a respuesta que se había dado respecto a su inquietud del futuro. Futuro: una manzana de color azul que cuelga desde un árbol de color celeste que flota sobre un río torrentoso; un río que sube hacia el cielo formando una enorme y bella cascada, cuyo rugido ensordece al silencio de las luces pintadas sobre la montaña. Futuro: el cielo y las nubes de color rubí bajo las pisadas seguras de un caminante con la frente en alto que sigue esa luz que aparece en un final del camino, allá bien a lo lejos. Ring ring. El teléfono se quedó inmóvil en la pared y su sonido se perdió con el golpe del viento contra la ventana.
Levantó en otra mano y se preguntó por el pasado. Lo que quedó atrás, aquello que no sabe si es que acaso pueda volver a ver. Un beso dulce y apasionado con aquella mirada ensoñadora que protege a aquel que entrega un poco de su cuerpo. Una caricia desordenada que le hace caer el cabello, nuevamente, sobre la frente y que hace que el mundo adquiera un silencio adormecedor. Las líneas del tiempo avanzan en dirección opuesta y las manecillas del reloj de piedra de la Plaza Central comienzan a girar hacia atrás. Se encogen los edificios, las luces desaparecen, van y viene las nubes de un lado a otro, la nieve del suelo cae hacia el cielo, naves comienzan a desprenderse de la superficie del planeta mientras la oscuridad comienza a reinar bajo tormentas eléctricas que atacan as la nubes en las cuales se esconden, las manzanas que suben a las ramas y se encogen, las manzanas que suben a las ramas y se encogen junto a los árboles que desaparecen cuando los ríos ascienden hacia las nubes. Y, de pronto, nada. Abres los ojos y te encuentras ante la nada: verde, blanco, negro, azul o caleidoscopio que gira junto con tu mirada que pretende perseguir alguno de los colores naturales de esa rueda que reproduce canciones de época. Silencio en colores; música en blanco y negro. La petit morte[1] y ese silencio en que crees que todo acaba, pero recién comienza. Los ojos cerrados… y un ring.
En sus manos había un pedazo de rubí que brillaba con su espectacular color que se reflajaba en las paredes. Los ventanales estaban muy bien cerrados y el polvo chocaba al ritmo de la música casi muda que había ruidos en los alrededores. Como un cántico, como una voz, como un silencio que canta. (Una voz) El pedazo de rubí comienza a girar haciendo danzas en el aire. (Otra voz) El pedazo de rubí se desarma con una explosión y vuelve a reunirse con el mismo sonido, aún más violento. (Dame otra voz) El rubí rueda por la encima de la alfombra y se sitúa en el centro de la hoja en blanco. (No te muevas, don’t move!). Se queda en silencio, sus luces no han dejado de brillar.
Toma el pincel en su mano y lo sumerge con lentitud en la tempera que está dispersa en el aire y que flota ante su mirada, aún sin acercarse demasiado a su piel. (Sweet dreams are made of this). El pincel se empapa lentamente del color azul que flota libre en el aire, que emerge desde el frasco abierto en el cual nunca habría querido permanecer encerrado. El pincel entre sus dedos desciende lentamente sobre el papel y se tiñe esa blanca piel se dibuja una mancha pequeña que comienza a tomar forma. (¿No te gusta la forma que se dibuja? Puedes hacerla de nuevo cuantas veces quieras, aquí no hay ningún límite). El caminante nace a la otra orilla del río, con su semblante amable y sereno, con sus ojos soñadores y enormes que por las noches trazan los viajes que ha esperado realizar. El caminante está sumergido en el agua y el torrente, le llega un poco más arriba de las rodillas, su piel sonríe ante el peligro que está próximo en la medida que sus pisadas se hunden en la arena y el río quiere ocultarlo bajo su caudal. Pero no hace frío. Del otro lado hay una enorme pradera del color violáceo con matices de azul, hay chorros de agua de color rojo que bañan los árboles celestes que adornan las blancas cimas soleadas. El pincel le dibujaba una cadena y una flecha en dirección opuesta… no, no te gusta. A mí tampoco. Es el momento de volver atrás, get ready.
Tomó el pincel con lentitud y ceremonia, respirando lentamente a fin de capturar las ideas que ingresaban a su mente a través del viento. Observó el pincel y lo acercó a la mancha flotante de color verde que divagaba a la deriva en busca de un lugar en el cual quedarse. Se tiñó de su color a naturaleza exótica, propia de un cuadro de fantasía: de retrociencia. Una gota le cayó sobre el tobillo y, en silencio, se quedó en el lugar donde se había caído. Su mirada continuaba concentrada en el pincel que comenzaba a escribir esa historia de la sonrisa del caminante cuyos ojos soñadores dibujaban la realidad de los alrededores por donde había caminado. Pintó sus propias huellas en el camino que quedaba a sus espaldas, mientras el ruido de las olas adormecía la mirada del pintor. El suave oleaje llegaba a sus pies y el sol primaveral agradaba a la temperatura que pintaba un aire agradable. En el aire rodaban las nubes con lluvia de colores amarillos que caían sobre su mirada, con pintas de varios colores diferentes que combinaban con el paisaje. El caminante se sumergió en el río y comenzó a nadar, ante la sorpresa del pintor, que levantó el pincel sin poder entender. Pero se veía tan contento que no era, necesario cambiarle el rumbo que el caminante se había autodeterminado, siendo Dios de su propio micromundo.
La hoja en blanco se había convertido en un interminable universo, lleno de luces de colores y planetas que daban vueltas alrededor de la montaña más alta, pintada de color amarillo encendido que iluminaba todo el salón desde el cual se dibujaba la historia. El caminante nadaba hacia donde el torrente lo quisiese llevar: las líneas de las plantas de sus pies dibujaban un entramado de caminos por los cuales había transitado hasta llegar allí. El pintor miró las líneas de sus manos, que anteriormente había dibujado con tempera, y vio que eran las mismas que el caminante llevaba plasmadas a sus pisadas. Lo siguió con la mirada en ese nado suave, llevado por la violenta corriente que en instantes lo hacía desaparecer sumergido bajo las olas. La historia continuaba más allá de los límites que daba el papel en blanco, el ahora nadador se detuvo al llegar a la línea y observó a su pintor, con una sonrisa le hizo un gesto con la mano: lo invitaba a nadar junto a él. El pincel sonrió ante la invitación, pero no hizo caso. Al lado había un espacio aún en blanco que no sabía cómo rellenar. Acercó el pincel a su rostro y, sin darse cuenta, comenzó a garabatear mientras pensaba. Cuando acabó de pensar, su rostro tenía marcas de pintura aún viva que daba vuelta alrededor de su piel, por debajo de sus enormes ojos soñadores y despiertos que ya estaban pensando en un utópico presente.
El caminante seguía flotando sobre el torrentoso río que lo llevaba a la deriva: no sabía si el agua continuaba o si el espacio en blanco sería una isla en la cual podría descansar. El pintor continuaba con el pincel que daba vueltas entre sus dedos pintados de todos colores en sus manos que dibujaban miles de caminos por los cuales otros caminantes ya empezaban a transitar. Los pies del pintor tenían restos de tierra y de pasto por sobre los cuales había caminado. El caminante tenía la mirada llena de colores que a lo largo de su dibujo había pintado. Sonrió nuevamente y reiteró su invitación que, con un halo de duda que se pintaba en el aire, el pintor comenzó a considerar con el pincel que fugaba sobre la piel de sus brazos. Se recostó sobre la alfombra mirando al techo: los pinceles que dibujaban líneas sobre su cuerpo le producían cosquillas. Los caminos tomaban formas sobre su pecho y encontraban nuevos destinos sobre su ombligo, donde confluían las energías que explotaban e iluminaban los alrededores. El rubí estaba pegado a una de las paredes, flotando junto a los distintos colores que navegaban en la atmósfera. El pintor continuaba recostado sobre la alfombra mientras la mano del caminante tenía el pincel entre sus dedos y pintaba los mil colores que lo envolvían. El pincel rodeaba los dedos de sus pies y se detenía en pintar minuciosos detalles en las plantas, donde las imágenes del pasado y el presente se veían difusas como la tormenta de polvo rubí que se despegaba del techo, que rompía el ventanal con un golpe violento.
El pincel cayó al suelo, tiñendo de multicolor la alfombra que, pese a todo, continuaba con su color blanco original. Rodó durante un instante hasta quedar fuera del universo invencible que se exaltaba de colores y movimientos luminosos. El polvo de rubí flotaba en el aire junto a los colores mezclados en el aire. En el suelo, sobre la alfombra, un enorme cuadro hacía ruidos el oleaje de un enorme río caudaloso adormecía el paisaje de ensueño. El muchacho, con su cuerpo dibujado con todas las historias que se le pudiesen imaginar, nadaba hacia donde sus deseos lo quisiesen llevar. El mundo –y los mundos plasmados en su cuerpo- se movían junto al nado que las olas cobijaban con sigilo. El paisaje no tenía fin.

jueves, 3 de julio de 2014

Presentación en Colegio Nacional Santa Ana de Villa Alemana.

Imposible no recordar una pregunta genial: ¿Ser escritor implica dedicarse 100% a la escritura o tener una vida además de ello? Una pregunta que te hace pensar en demasiadas cosas, comenzando con el deseo mismo de dedicarte a tiempo completo a hacer eso que realmente te apasiona. Una utopía en estos tiempos, en este país quizás. Aparecen muchos deseos de cosas que parecen imposibles, pero en las cuales sigues manteniendo la fe de que se cumplirán algún día.

Escritor con vida paralela de profesor, creo que ahí está la respuesta. Luego de una presentación en el Castillo Wulff de Viña del Mar, Carlos Gómez -profesor de lenguaje y fanático de la literatura- nos hace la invitación a una presentación en el Colegio Nacional Santa Ana de Villa Alemana, en el marco de la semana de las humanidades. Es extraño ver cómo han aparecido muchas oportunidades de promoción en el último tiempo: creo poder leer las señales de que vamos por el camino correcto. Fue así como hoy llegué a una congelada Villa Alemana que marcaba 3º C a eso de las 9 de la mañana. Creo que bastará con decir que no me quité la bufanda sino hasta mediodía. 

Enfrentarse a un público nuevo siempre es un desafío y un riesgo, creo que me gusta sentir la ansiedad ante eso que no sabes que pueda suceder. Alumnos que prestaron atención en su mayoría, en un ambiente que me agradó muchísimo. Normalmente, la gente no pregunta absolutamente nada y hay que sacar comentarios a tira-buzón, sin embargo, acá sucedió algo fantástico: las manos alzadas se peleaban por su turno, dejando algunas en el camino. Me alegró esta situación, me alegró sentir que tu figura de escritor despierta interés, que tienen ganas de saber del proceso de escribir y que posiblemente también querrán leer tu obra. Maravilloso. Inspirador. 

De esta jornada, solo saco conclusiones positivas y el personaje que encarné como "el joven de la bufanda". Regresé a casa realmente feliz. Admito que esas conversaciones literarias antes no me gustaban demasiado, pese a que siempre me ha gustado escribir; sin embargo, actualmente me han ido gustando cada vez más. ¿Cuándo se viene la próxima?

miércoles, 25 de junio de 2014

Presentación "Próximo Destino y otros Relatos de XS 200" en Viña del Mar

Queridos amigos,

Este viernes 27 de junio a las 19.30 hrs, estaremos junto a Camila Trabucco, presentando nuestros libros. 

Adjunto las palabras de Marcelo Novoa respecto a este evento:

Estimados amigas y amigos fantociosos:
Todas esas preguntas que siempre quiso hacer y no se atrevió, sobre los secretos de la Literatura Fantástica, las podrá responder este viernes 27 de Junio a las 19:30 hrs. en la continuación del 2º Ciclo de Literatura Fantástica Chilena, en el Castillo Wulff (Avda. Marina 37) Viña del Mar. En esta ocasión, los jóvenes narradores locales: Camila Trabucco ("Candragar", 2013) y Cristian Briceño ("Próximo Destino y otros relatos de XS200" 2014) realizarán una entretenida conversa sobre libros y lecturas. Los presentará el docto profe de la Upla y lector voraz: Carlos Gómez Salinas.
 Los esperamos!



Entrada liberada, como siempre. Nos vemos.

martes, 28 de enero de 2014

Conversatorio en Feria del Libro de Quilpué

Llega el verano, el calor y las ferias: un buen pasatiempo para esas tardes de descanso en que podemos echar a volar nuestras mentes gracias a los libros. Estaré el miércoles 29 a las 20.00 hrs en la Feria del Libro de Quilpué. A continuación, adjunto el programa.

LUNES 27                               
20:30    Pablo León Acevedo. Homenaje al "Gitano" Rodríguez. Ediciones Altazor                  
21:00    Lucy Oporto presenta Libro "Vida y Muerte de Violeta Parra" Ediciones Usach                                          
MARTES 28                               
20:00    Clodette presenta Libro sobre maltrato infantil. Ediciones PdE                           
20:30    Jaime Luis Huenún. Diálogos sobre poesía Huilliche y mestizaje.                           
21:00    Luis Le Bert presenta Libro El origen africano de la Cueca + musica                           
                               
MIERCOLES 29                               
20:00    Sasami Hanatsuki y Cristian Briceño. Nuevos narradores fantásticos Edic. PdE
20:30    Alberto Mayol. Conversación sobre ciudadanía, política y participación.                      
21:00    Javier Rebolledo presenta Libro "El despertar de los cuervos". Ceibo Ediciones                                                     
JUEVES 30                               
20:00    Susana Eskuche Charla Esoterismo y Eterno Femenino. Ediciones PdE                   
20:30    Piero Castagneto y Ernesto Guajardo. Diálogos sobre Valparaíso, memoria y mito.      
21:00    Oscar Hahn. Premio Nacional de Literatura 2012. Diálogo y Lectura poética.                                            
VIERNES 31                               
20:00    Iván López presenta Libro "Desafíos. Técnicas sufís para la vida diaria" RIL Editores   
20:30    Francico Ortega presenta Novela Gráfica "Mocha Dick" Editorial Norma                     
21:00    Pedro Engel presenta Libro "Ancestrología" Catalonia Ediciones                           
                               
SABADO 1º                               
20:00    Mª Jesús Camus y Carlos Marchant. Lecturas poesía actual  Ediciones PdE
20:30    Oscar Barrientos presentando sus novelas de Magallanes.                           
21:00    Teresa Calderón y Pía Barros. Diálogo de las mujeres y la escritura en Chile.                           

martes, 21 de enero de 2014

El primer copo de nieve

Otra historia de XS 200 ha sido publicada a través de la Revista Digital Dos Disparos. Se trata del cuento "El primer copo de nieve", una historia cuya escritura tuvo un proceso creativo muy interesante en relación a recuerdos de una ciudad lejana en la cual viví.

Espero que lo disfruten. Aquí va el link:

viernes, 17 de enero de 2014

Comienza el viaje hacia XS 200

El día de ayer, jueves 16 de enero, a las 20.00 hrs, se realizó el lanzamiento de "Próximo Destino y Otros Relatos de XS 200". 

A eso de las 20.10 hrs comenzó el conversatorio en el cual Marcelo Novoa, editor de Puerto de Escape -a cargo de la edición del libro- presentó el libro para luego darme la palabra para comentar de qué se trataba esta historia. Este lanzamiento fue una experiencia completamente nueva para mí, pero muy enriquecedora. Pese al nerviosismo inicial, sentí mucha alegría de ver que aquella sala del Castillo Wulff estaba llena de gente, entre conocidos, amigos y varios locos fanáticos de la ciencia ficción y la fantasía.

Agradezco profundamente a todos quienes acompañaron este momento tan importante para mí. Ahora, a disfrutar el viaje hacia XS 200.


domingo, 5 de enero de 2014

Lanzamiento

¡Ya tenemos fecha!


"Próximo Destino y otros Relatos de XS 200" será lanzado el día 16 de enero de 2014, en el Castillo Wulff, Avda. Marina 67, Viña del Mar, a las 20.00 hrs.

Los esperamos.